Diario: hola, ando como sonámbula por Madrid y es extraño.

Ando como sonámbula por Madrid y es extraño. Calle Argumosa, Plaza de Lavapiés, Paseo de Santa María de la Cabeza, Calle Sombrerete, Paseo del Prado, Calle Echegaray, Plaza Mayor. Pisar y reandar mi ciudad es recorrer un mapa de constelaciones de memoria. Dibujo mi historia en los paseos. Ilustro mi cronología en sus calles, ySigue leyendo «Diario: hola, ando como sonámbula por Madrid y es extraño.»

Diario: Pensar el árbol.

(la foto es un grabado de mi padre, más info aquí). I.Pensar el árbol no es, sin embargo, mirar a la naturaleza como belleza, ni contemplar el paisaje con plenitud. Pensar el árbol es observar su raíz, conocer su manera de agarrarse a la tierra, de crecer con el viento y el agua, entender suSigue leyendo «Diario: Pensar el árbol.»

Diario: Mudanzas (Segunda parte) Notas.

Notas de una mudanza en tres actos: I. Poblar los espacios de tránsito durante algunos días, a la espera de un lugar más o menos fijo donde vivir es incómodo y agotador. Cajas, objetos que se pierden en un oscuro lugar entre cartones, sed, mucho calor, comida precocinada, camas vacías, paredes blancas y solitarias. DóndeSigue leyendo «Diario: Mudanzas (Segunda parte) Notas.»

Diario: mudanzas.

Las mudanzas suponen cambios inesperados. El humor, los hábitos, los lugares, las conversaciones. La manía de escuchar sin decir nada, la determinación de contemplar las cosas de otra manera. Mirar la vida cotidiana como una carga inconsciente, y comenzar a deshacerte de todo aquello que ya no necesitas, o que no recuerdas para qué sirvió.Sigue leyendo «Diario: mudanzas.»

Diario en blanco y negro.

No tener nada más. Maletas, papeles, ropa, equipajes que abultan y que cambian de lugar. Cuando cambian de sitio soy otra, hay luz en la ventana. Respiro. Salgo a la calle y no estoy sola. Limpio lo que queda del lugar en que viví. Me reconozco vieja entre esas cuatro paredes, renovada en las ventanasSigue leyendo «Diario en blanco y negro.»

Diario.

Me dije: no te alejes, no olvides. Probé todas las maneras de ordenar la ira, la confusión, el desamparo. Busqué a cada cosa su lugar preciso, preparé el equipaje. Ahora aún amueblo los extensos lugares del vacío y encuentro manos amigas en mitad de la intemperie. En momentos de éxodo, se construyen familias subterráneas, redesSigue leyendo «Diario.»

Diario: Amputado paisaje.

I.  Decidme cómo es un bosque. En el eco se me repite la pregunta de la maraña de árboles, de la maleza de columnas, de la sinagoga, del amanecer atravesando aquél río. Los molinos me miraban inmutables al otro lado del paisaje. El trigo estaba tierno. Habladme del bosque, decía. Ahora no digo. Ahora no.Sigue leyendo «Diario: Amputado paisaje.»

Diario: escribiré un palíndromo.

No conozco el nombre de este viento. Hay una niebla cálida, una llovizna al otro lado del montículo de ladrillos del barrio en el que ya no vivo. Estoy lejos, y callo. Me vivo en conversaciones telefónicas. La palabra no es belleza, sino grito. Mi voz cambia, se apaga. Ordeno mis papeles, invento recortables de Madrid. Sigue leyendo «Diario: escribiré un palíndromo.»

Diario poético desde el duermevela.

6h50 a.m. Conduces en un coche que no es tuyo. Acaricias mi mano, muslo, falda, abril. Es primavera y hace un aire húmedo. Mis amigos se abrazan en la cuneta. No nos ven. También nosotros nos enamoramos. También miramos hacia el lago, con frio. También cenamos al borde de las aguas, cuando atardece. Es laSigue leyendo «Diario poético desde el duermevela.»