Sol y restos.

«Hoy llueve, y todo se alimenta de mis restos». Maite Dono. A pesar de que el vértigo hoy llene mis pulmones y me ahogue el estómago, y de que todo duela (porque todo duele), y de que la poesía de Maite Dono no me convenza demasiado, tiene versos que son luz; Y miento: hoy noSigue leyendo «Sol y restos.»

Yo otra.

«- ¿Se puede saber qué está haciendo? – me preguntó con voz amarga. – Sueño. ¿Nunca lo hace? -Nunca.» Amélie Nothomb, Estupor y Temblores. – A veces la traducción es un bálsamo. El saberse en otro idioma, el construirse de nuevo en otra lengua, como si yo fuera eternamente otra, como si mi cuerpo noSigue leyendo «Yo otra.»

Ofelia.

«Después de todo, la vida es un ameno y grave recorrido por los más diversos funerales». E. Vila-Matas, Dublinesca. Parece que he decidido. Qué bien. Qué bien mi funeral particular, qué bien mi personal muerte. No hago más que navegar por internet y descubrir cada vez más blogs que me interesan. Hoy abrí El País,Sigue leyendo «Ofelia.»

Verdades que palpitan.

«Si tu vida se abriera a un espacio de niebla, si mi voz diera luz a esa luz que se inflamay te acerca en silenciode cóncava noche, (…) si supieras que el mar es un patio de humo, y el invierno un águila lenta, y la muerte un acorde en la curva del pecho dondeSigue leyendo «Verdades que palpitan.»

El abismo.

Hay cuadernos malditos y papeles enfermos. Hay cuadernos que no pueden terminarse, que no pueden escribirse. Y entre la mano y el papel hay un muro enorme, un lodazal, un abismo inconmensurable.Y cuanto más se intenta atravesar, más imposible, y más duro, y más insano. Sobre todo, insano.Hay cuadernos que no pueden ser terminados. YSigue leyendo «El abismo.»

Esfinge de tabaco

«La que huye. La que persigue y huye, la que entierra las huellas de otros dedos, la que ignora los cantos, la que un día comulgó los excrementos de la derrota y aún así volvió a caminar.» María Rosal. El sabor del tabaco es uno de los placeres más maravillosos que existen en días comoSigue leyendo «Esfinge de tabaco»

Allá donde se cruzan los caminos.

Sabina dijo muy bien que en Madrid las niñas ya no quieren ser princesas, Quique González hablaba de que las calles de Madrid eran para fumarlas a medias, y Dámaso Alonso dijo que Madrid era una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas). Hoy me quedo con Sabina y conSigue leyendo «Allá donde se cruzan los caminos.»

Frío.

«Ha empezado a llover y el viento mueve el agua de los charcos.El cielo es una fuente gigantesca,una de aquellas fuentesque visitamos juntos cuando erascomo una de las líneas de mi mano:marca en la piel,misterio indescifrable. El viento mueve el agua de los charcos mientras busco refugio en un portal esperando que cese la tormentaSigue leyendo «Frío.»