«Como palabra siempre flechasiempre dagala noche» Cristina Narea, Bajo las Plumas. El poemario de Cristina Narea en Amargord Ediciones, o de cuando la lluvia se hace luz, la cotidianidad se hace poema, y el Tiempo se hace más amable y menos cierto, y olvidamos las grandes mentiras para ser más ligeros (más ligera siempre, ella),Sigue leyendo «Palabra siempre flecha.»
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Tu boca (o capítulo 7)
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige ySigue leyendo «Tu boca (o capítulo 7)»
Objetivo
Hoy tengo buenas noticias. Semana de cambios. Despertar con el sonido del teléfono de resaca a las 12 de la mañana del domingo y que me den la noticia de haber ganado el premio del VIII Certamen Literario Carmen de Michelena. Poema premiado: Objetivo.
Salta
«I couldn’t get myself to react. I felt very still and very empty, the way the eye of a tornado must feel, moving dully along in the middle of the surrounding hullabaloo». Sylvia Plath, The Bell Jar ¡Salta! ¡La ciudad gris está en tu cuerpo!
Lobos y corderos.
«Un lobo no es un cordero es un lobo». Antonio Martínez Sarrión. Sólo a los corderos les preocupa lo que traman los lobos.
Código
Dedos-telegrama. Labios-mariposa. Alguna vez.
Poema fragmentado (o El Éxodo)
Que, de uno u otro modo, todo sea siempre un viaje. Aunque tal vez quizás
Escribir desde la resaca.
Un desastre. Soy un desastre. Mi cuerpo está hecho un desastre. Moratones, contracturas. Piernas doloridas. Cortes. Ibuprofeno. Te quiero. Moi non plus. Es mentira. Unos ojos azules ultramar. Soledad. Sueño. El maquillaje es una enfermedad La ropa es en sí una lápida Y yo, hoy me siento muerta.
El mármol de tu herida.
«Yo soñé con tocar la tristeza viscosa del mundo». Leopoldo María Panero Si soñé con tocarte fue acaso Por arañar aquello de la piedra de tu cuerpo,Del mármol de tu herida,Por rozar suavemente tu tristeza viscosa de cansancioY perfumar, quizás por un momento,Las mayores miserias de la Tierra.
Fragmento de una crónica de final del verano.
El hábito de ver pasar la vida Por las calles del pueblo que oscurece. La tarde llega también a los cuerpos. (…)