Archivo de categoría: Poesía
Las alcobas blancas.
«En esta oscura cuevadestilamos el whiskyy el dolor transformamos en boca».L.M. Panero.«Amé todas las pérdidas.Aún retumba el ruiseñor en el jardín invisible».«Entra otra vez en las alcobas blancas.Grandes son las jarras de la tristeza en las manos mortales.Entra otra vez en las alcobas blancas». A.Gamoneda. Alcobas blancas y sábanas sucias. La pérdida de un jardínSigue leyendo «Las alcobas blancas.»
El final del verano.
«Nos desconocíamosen cada encuentrocomo dos mimos sin memoria(…)inútil y apasionadamentela ardiente ortografía del ahora(…)Encantada, señorde no haberlo conocido». Ana Teja de Juana, Con el alma al cuello. Qué bien que Septiembre esté de vuelta.
Escarnio.
Los sueños me delatan el calor ha cumplido su función de escarnio
O qué.
Estamos todos locos. O qué. La indignación y la tristeza se palpan cada día en el ambiente. Y la tensión. Y la incertidumbre. Yo no sé, pero a mí se me hace cada vez más difícil escribir poesía. O escribir sobre poesía. Saber que está ahí, detrás de algunas cosas, es sencillo. Pero dónde, peroSigue leyendo «O qué.»
La imposibilidad de la poesía.
Lo he escrito todo sobre ti y sin embargo no he podido crearte a mi medida.
Extraña.
Henri Ford Hospital o La cama volando, Frida Kalho, 1932. A veces me sorprendo extraña y sucia como un recién nacido. Preparo una entrevista y reviso textos.
La tinta de mis manos.
Curioseando por la blogosfera encontré un colectivo de actualidad poética francesa que os dejo aquí, y que me pareció muy interesante, aunque lo que más ilusión me ha hecho en su web ha sido las instalaciones de poemas en el metro que realizaron en la estación parisina de Saint-Amboise (que también os dejo aquí). LaSigue leyendo «La tinta de mis manos.»
I’m Nobody.
«I’m Nobody. Who are you? Are you -Nobody- too? then there’s a pair of us! Don’t tell! they’d banish us – you know!» Emily Dickinson.
Hoy cambio de vida.
«Noche sentencia lunas afiladas para clavarle nanas al insomnio». Fernando Beltrán. Quizás queme algo de lo que fui. Tal vez una baldosa de mí. Un lunar de mi cuerpo. Mis pechos diminutos, mis pestañas. Para dormir como anoche, como si muriera, como si no existiera la mañana. Dormir sin despertar. Quemándome en la sábana deSigue leyendo «Hoy cambio de vida.»